¿Quién fue Abram o Abraham?

¿Quién fue Abram o Abraham?

Por: Rav Elisha Salas – (Rav Salas fue emisario de Shavei Israel como rabino comunitario en Portugal, España y América Central entre los años 2003-2019)

Abraham es un personaje de la Biblia. Su vida y obra están narradas en el libro del Génesis, cuya escritura se atribuye tradicionalmente a Moisés. Según los textos sagrados, es el primero de los tres patriarcas del judaísmo, y deja la tierra de sus padres para instalarse en la Tierra Prometida, por mandato divino.

Abraham es hijo de Taré, quien es descendiente de Noé por décima generación, nacido en Ur de los Caldeos (Sumeria, hoy Irak). Es padre de muchos hijos, entre los cuales los más notables son Ismael e Isaac. Abraham es considerado, según la tradición bíblica, el “fundador” del judaísmo a través de su nieto Jacob (hijo de Isaac), de quien tendrá 12 bisnietos que establecerán las doce tribus de Israel. Murió en Hebrón, Israel, a la edad de 175 años.

Es contemporáneo de Noé y su familia, teniendo especial contacto con Shem, hijo de Noé, con quien comparte estudios y de quien recibe el conocimiento de lo que fue el diluvio. Vive en la época de Nimrod y la Torre de Babel, donde será confrontado y condenado por sus ideas revolucionarias, que estaban en confrontación con las ideologías de su tiempo. A pesar de ser el único, en una sociedad politeísta, en afirmar la existencia de un solo Di-s, Creador de todos los mundos y que se preocupa y cuida al ser humano, Abraham decide continuar con su búsqueda de ese Di-s desconocido que provocó el gran diluvio y renovó toda la Creación.

Sus actos heroicos lo llevarán a sentirse identificado con esta fe que nace de lo más profundo de su corazón, fruto de sus constantes estudios y meditaciones en el análisis de su propio ser, de la naturaleza y del universo.

Esto lo preparó para elevar su alma a niveles espirituales, lo que finalmente lo llevará a escuchar la voz de Di-s, quien le dice que mire las estrellas en la inmensidad del espacio, convirtiéndolo en la base de las tres grandes religiones que sustentan a la humanidad: judaísmo, cristianismo e islam.

Hablar o comentar sobre Abraham es recordar y revivir la historia del ser humano, en sus constantes preguntas interiores sobre el porqué de nuestra existencia, del razonamiento ante la acción humana frente a todos los acontecimientos que debemos enfrentar en nuestro día a día, en la lucha por la supervivencia, en el compañerismo social cotidiano que tanto necesitamos. Somos seres sociables por naturaleza, y buscamos nuestro bienestar y el de los nuestros, el de nuestro grupo familiar, el de nuestra sociedad. En esta búsqueda surgen interrogantes sobre por qué nacimos, de dónde venimos, hacia dónde vamos… ¿Hay algo superior a nosotros? ¿Nuestra vida tiene un propósito? ¿Somos la causa de una meta sublime? La vida es tan extraordinariamente creativa y maravillosa; comienza con el nacimiento y termina con la muerte… ¿y luego qué? ¿Somos simplemente energía viva, sin saber de dónde ni cómo, y luego dejamos esta vida justo cuando comenzamos a entenderla y amarla? Sentimos constantemente la necesidad de encontrar respuestas a todas las preguntas que surgen desde lo más profundo de nuestro ser y para las cuales las respuestas que les damos a menudo nos satisfacen solo por un tiempo, y luego las preguntas vuelven a florecer, quizás no con las mismas palabras, no por las mismas razones, pero el sentimiento de insatisfacción es el mismo, lo que nos lleva a continuar en nuestra búsqueda infinita.

Abraham es una persona que no silencia tales preguntas. No está satisfecho con las respuestas que recibe de sus contemporáneos, de su familia, de sus amigos, quizás de sus líderes, esforzándose por encontrar respuestas a las preguntas de su corazón.

Los textos bíblicos, así como los diferentes midrashim o parábolas de nuestros sabios, nos ayudan a comprender los diferentes aspectos de la vida de este gran hombre que fue Abraham Avinu:

En los textos bíblicos:

Abraham, profeta de Di-s:

Bereshit 15:5 Y lo llevó fuera, y dijo: ‘Mira ahora hacia el cielo, y cuenta las estrellas, si puedes contarlas’

Abraham y su sentido de justicia:

Bereshit, 18:23: Y Abraham se acercó y dijo: ‘¿Destruirás al justo con el impío?

Abraham, fe ilimitada:

Bereshit, 22:11: Y el ángel del SEÑOR lo llamó desde el cielo, y dijo: ‘Abraham, Abraham’. Y él dijo: ‘Aquí estoy’. Y dijo: ‘No levantes tu mano sobre el joven y no le hagas daño, porque sé ahora que, en verdad, temes a Di-s, pues no Me has rechazado tu único hijo’.

Abraham, fuente de bendición para las naciones:

Bereshit, 22:18: Y en tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra; porque has escuchado Mi voz.

A través de un Midrash

Taré, el padre de Abraham, era fabricante de ídolos. Un día tuvo que salir de la tienda y dejó a Abraham a cargo. Un hombre que quería comprar uno de los ídolos en exhibición entró en la tienda.

 – ¿Señor, cuantos años tiene? – le preguntó Abraham.

 – Cincuenta – respondió el cliente.

 – ¡Ay de tal hombre, que tiene cincuenta años y está dispuesto a adorar un ídolo que nació solamente ayer!

 Poco después llegó una señora que traía una ofrenda para los ídolos. Ella se la dio a Abraham, pidiéndole que se la ofreciera a los ídolos en su nombre, y se fue. Luego, después de que la dama se fue, Abraham tomó un palo, destruyó todos los ídolos excepto el más grande y puso el palo en la mano de ese ídolo más grande.

 Cuando su padre volvió y vio todos los ídolos destruidos, naturalmente se enojó:

 – ¿¿Qué pasó aquí?? ¿No te dije que te ocuparas de la tienda? ¿Y ahora vuelvo y encuentro todo roto?

 –  Lo siento, papá. Le cuento lo que pasó: una señora vino a entregar una ofrenda a los dioses. Los dioses comenzaron a discutir entre ellos, ya que todos querían comerse la ofrenda primero. Entonces, ¡el más grande tomó un palo y los rompió a todos!

 – ¿¡¿Te estás burlando de mí?!?» exclamó el padre, enfurecido. ¿¡¿Acaso los ídolos tienen vida o inteligencia?!?

 – ¡Ah, si sus oídos pudieran oír las palabras de su boca, papá!

 Hablar de Abraham es unirnos mágicamente a la historia del ser humano, de su reconexión con la espiritualidad, de la búsqueda de un sentido para la vida, con todo lo que significa nuestra existencia. Es aceptar, desde el fondo de nuestro corazón, que hay razones por las que nacimos y estamos en este mundo, que hay valores altruistas que debemos promover en nuestra vida y que hay un Ser maravilloso, que nos formó, que nos creó, que se preocupa por cada uno de nosotros, que es el Gran Director de la existencia de todos los mundos creados y que tiene un profundo amor por Su obra principal de la Creación, que es el ser humano.

Rav Elisha Salas vive actualmente en Ashkelon, Israel, y trabaja como supervisor de kashrut en Israel y Portugal.

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